En España muy
tempranamente se inicia el culto a la Vera Cruz, proveniente de la influencia
que surgió en Tierra Santa al culto de dicha devoción. Diversos reyes de
España, destacándose los de Castilla, juraron lealtad a la Santa Vera Cruz.
Tradición potenciada desde Tierra Santa por la Orden Franciscana.
Como preparativos a la contienda de la Batalla de las Navas
de Tolosa (16 de julio 1212), según refiere en sus textos, el Arzobispo de
Toledo Don Rodrigo Jiménez de Rada manda realizar una cruz de hierro que será
portada por el cruciferario el canónigo Don Domingo Pascual.
El rey Alfonso VIII, mandó realizar La Cruz concretamente en
hierro, al igual que su Cetro Real, para así dar ejemplo a los de su reino, desechando
lo superfluo de los lujos, no siendo necesarios para tal batalla.
Un suceso crucial durante el trascurso de la batalla fue
protagonizado por el cruciferario del arzobispo de Toledo, Don Domingo Pascual
de Almoguera. Al desbocarse el mulo que montaba, atravesó las líneas
enemigas portando en todo momento el
símbolo del Arzobispado de Toledo, la Cruz de hierro Primada. Este suceso
sirvió como motivación a las tropas cristianas
cuando vieron que el canónigo no sufrió daño alguno.
Tras la batallas de las Navas de Tolosa la contienda continua
hacia el sur, tomando el día 25 de julio, festividad del Apóstol Santiago, el
Castillo de Vilches. Llegaron a reconquistar Baños de la Encina, Baeza y Úbeda,
siendo estas dos últimas poblaciones abandonadas. Baños de la Encina, en el mes
de septiembre, será tomada otra vez por los árabes. Vilches desde su
reconquista nunca será perdida, y durante mucho tiempo se convertirá en la
frontera del reino de Castilla desde Cantabria a Vilches.
Junto con esta Cruz, el Arzobispo Don Rodrigo dejó escrito el
suceso de este triunfo en lengua castellana en un libro pergamino, que desde
aquel tiempo se guardo en el castillo de Vilches.
Tras la muerte del rey Alfonso VIII en el año 1214, será su
sucesor en el reino de Castilla, su nieto el rey Fernando III el Santo, quien
cobrará especial resonancia con su
reconquista en la depresión del Guadalquivir.
En su inicio será siempre acompañado por el arzobispo Don
Rodrigo, ambos portarán durante sus campañas militares en Andalucía la imagen
de un Cristo Crucificado bajo la advocación de la Vera Cruz. A la cual rezaban
ellos junto a sus caballeros y sus huestes, propagando así por todo el
territorio reconquistado y repoblado la devoción por la Santa Vera Cruz. El
Arzobispo Don Rodrigo por mandato del rey Don Fernando III y en el nombre del
Señor, creó ciertas cofradías sin más fin que el defender de la Fe, donde la
Cruz será la principal devoción popular.
Siendo Vilches durante algunos años la capitalidad de la
frontera de Castilla con Al-Ándalus, será donde se creará la primera Cofradía
de la Vera Cruz, como así lo deja escrito el Arzobispo Don Rodrigo, que desde
aquel tiempo entrego la Cruz y libro pergamino a los cofrades de esta Cofradía.
Cruz y libro serán depositados en el Castillo de Vilches, junto al Cetro Real
del rey Don Alfonso VIII, colgado con otros hierros extraordinarios de la
célebre batalla. Dicho castillo hoy día conocido como Ermita de la Virgen del
Castillo.
Tras la creación de la Cofradía de la Vera Cruz de Vilches,
le siguieron bajo el entusiasmo religioso provocado por las cruzadas, la
creación de otras, como la de Baeza, Andújar, Iznatoraf, Villacarrillo, Úbeda,
Martos, Jaén, etc.
La Cofradía de la Vera Cruz de Vilches será protagonista de
la visita del Emperador Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano
Germánico, llamado “el Emperador”. El día 17 de diciembre de 1526 pernoctó en
la misma villa, para visitar al día siguiente la Ermita de la Vera Cruz (hoy día
Santa Elena), mandada construir por el rey Don Alfonso VIII en el Campo de Batalla de las Navas, siendo
templo de peregrinaje y romería de la Cofradía de la Vera Cruz de Vilches desde
el siglo XIII.
El rey Felipe II emitirá
Cédula Real con ánimo de militarizar a las cofradías por una posible nueva
invasión de los moriscos, recomendando hacer alardes de entrenamiento militar,
norma que continuarán sus distintos sucesores como Don Felipe III y Don Felipe
IV. Si observamos la documentación de dicha cofradía, custodiada actualmente en
la parroquia de San Miguel Arcángel de Vilches, observaremos que los cargos de
los cofrades de la época son de carácter castrense.
Será en el siglo XVII donde
muchas de las cofradías de la Vera Cruz pasarán a denominarse Cofradías
del Santísimo Cristo de la Vera Cruz.
La Cofradía de la Vera Cruz de Vilches ha tenidos dos
periodos. Desde su origen en el siglo XIII hasta su posterior restauración en
el año 1996. Dicha restauración se produce a raíz de que el párroco de la villa,
Don Blas Pedalajar, encontrará documentación antigua referente a la antiquísima
cofradía.
La cofradía tenía dos misiones claras, peregrinar portando la Cruz Primada del
Arzobispo de Toledo a los parajes de la Batalla de las Navas de Tolosa, donde
se encuentra la antigua Ermita de la Vera Cruz; y salir el Jueves Santo en
procesión de flagelantes de la Vera Cruz.
Hoy día la antiquísima Cofradía de la Vera Cruz de Vilches es
conocida como “Muy antigua y Venerable Hermandad de Nazarenos del Santísimo
Cristo de la Vera Cruz, María Santísima de las Lagrimas, San Juan Evangelista y
Santa María Magdalena “Jóvenes”. Son custodios del la reliquia del Lignum
Crucis, de Santa Ana y San Joaquín. Procesionan el Jueves Santo los pasos del
Santísimo Cristo de la Vera Cruz, y Nuestra Señora de las Lagrimas, siendo su día
principal el 14 de septiembre Festividad de la Exaltación de la Vera Cruz.
REFERENCIAS:
TEXTOS DON
RODRIGO XIMENEZ DE RADA
FUERO DE
BAEZA
LOS ANALES
DE JAÉN
SANTOS Y
SANTUARIOS DEL OBISPADO DE JAÉN Y BAEZA
NOBLEZA DE
ANDALUCIA
MEMORIAS
HISTORICAS DE LA VIDA Y ACCIONES DEL REY DON ALONSO EL NOBLE, OCTAVO DEL NOMBRE
HISTORIA DE
BAEZA
HISTORIA DE
LA ANTIGUA Y CONTINUADA NOBLEZA DE LA
CIUDAD DE JAÉN
ESTANCIAS Y
VIAJES DEL EMPERADOR CARLOS V